miércoles, 20 de noviembre de 2013

Experiencia número quince:

           
 Yo empecé a escribir con mi papá. Él ponía su mano encima de la mía, me daba un lápiz y me enseñaba las letras. A la edad de tres años comencé el jardín. Recuerdo que entonces ya sabía escribir mi nombre. La maestra nos enseñó a escribir las vocales. Nos daba el dibujo de la “a” y nosotros teníamos que dibujarla lo más parecido posible; lo mismo con la “e, i, o, u”. También mi mamá me compró un librito que tenía letras y números con puntitos y yo tenía que completarlo.

Leila

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