miércoles, 20 de noviembre de 2013

Experiencia número veintiocho:

Recuerdo que cuando tenía mis 6 años de edad, mi papá me preparaba para comenzar el tan esperado primer grado. Me sentía muy entusiasmada. Todos los días él, mi papá, trataba de leerme cuentos, hacerme repasar lectura y escritura. Así comencé a escribir y leer mis primeras palabras. Quizás en el transcurso de mi paso por el jardín ya había escrito algunas palabritas, no tan claras al lector quizá, pero sí fueron las que me impulsaron a seguir aprendiendo.

 Gladys Noemí

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